Karl Barth III
5. (15/4) Barth (Tarea teológica)
Barth, Introducción, pp. 165-209.
posted by Metodos Teologicos @ 5:44 AM
Tuesday, April 15, 2008
Barth, Introducción, pp. 165-209.
Barth, Introducción, pp. 165-209.
Una página de los/las estudiantes de la materia Métodos Teológicos, I.U. ISEDET, Buenos Aires, Argentina (2008)
5. (15/4) Barth (Tarea teológica)
posted by Metodos Teologicos @ 5:44 AM
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I.U. ISEDET
Materia: Métodos Teológicos
Departamento de Teología Sistemática
I semestre 2008
Profesor: Guillermo Hansen
Alumna: Romina Dubs
REACCIÓN CRÍTICA DE LA LECTURA ASIGNADA PARA EL 15-04-08
Introducción a la Teología Evangélica. Karl Barth
El texto para la presente clase, es de un aporte tan valioso como los que hemos visto en las dos clases anteriores. En esta ocasión se nos presenta la oportunidad de reflexionar sobre el desarrollo que Barth nos acerca de “la oración”, “el estudio”, “el servicio” y “el amor” en el trabajo teológico. Por lo tanto la lectura de hoy se encuentra en continuidad con los textos vistos anteriormente, de hecho son parte del mismo libro.
Con referencia a lo desarrollado en el apéndice de LA ORACIÓN, quiero hacer mención a una frase expresada por el autor: “el trabajo teológico no es sólo una actividad que comienza con la oración, no sólo es acompañada por la oración, sino en su forma característica y particular, es un trabajo que se realiza como un acto de oración” . Esta frase introduce una mirada muy interesante al quehacer teológico, a su método, el hecho de concebir esta tarea como un acto de oración propone un giro en la comprensión de lo que significa hacer teología, personalmente un desafió interesante y motivante, ya que no limita la oración a un acto en sí mismo, sino que la amplia a la vida del teólogo/a en su totalidad, al pensar, al reflexionar, al actuar, etc. Si bien el tema de la oración en Barth es muy atrapante, hay una cuestión que me produce un corte circuito y es el acento que Barth pone sobre la oración como trabajo, no sólo como trabajo, sino que además como trabajo pesado. Cuando digo esto no quiero decir que la vida de un/a cristiano/a tiene que dar una imagen de color de rosas, todos sabemos que no es así, pero tampoco creo que sea una carga tan pesada; el punto es que con la imagen que el autor nos acerca de la oración como un trabajo pesado, la dimensión de la gracia divina queda un tanto desdibujada y parece intrometerse una lógica con tinte sacrificial.
Refiriéndonos al apéndice en el que Barth desarrolla el tema del “amor”, en cuanto que es expuesto como el conector principal de los temas tratados anteriormente, menciona que este es la conditio sine qua non para poder dar fundamento a todo lo desarrollado anteriormente, sin el eros científico no hay trabajo teológico. Pero por sobre todo el amor en cuanto ágape que incluye la búsqueda total del otro/a.
Más allá de lo que se le pueda haber escapado a Barth, y de la diferencia contextual en que el autor forja su teología, es imprescindible dedicarle un tiempo de estudio y reflexión a los escritos que Barth nos lego, podemos estar de acuerdo o no con su planteo, pero es un punto de partida necesario para nuestro quehacer teológico.
IU-ISEDET
Métodos teológicos.
Profesor Guillermo Hansen
Alumno: Gross Javier Oscar.
Reacción critica al texto: Karlt Barth; Introducción a la Teología Evangélica, PP165, 209.
Tener que hacer una reacción crítica al texto de Karl Barth, un día después de la clase tiene sus ventajas y sus desventajas, ya que muchas de las opiniones del aula condicionan la misma.
En esta clase el habla del trabajo teológico y lo describe a través de cuatros aspectos: La oración; el estudio; el servicio, Y el Amor. Estos aspectos que describe del quehacer teológico, no están separados sino que guardan una estrecha relación entre sí, ya que como lo vemos a la hora e hablar de la oración refiere a esos puntos, ya que la misma tiene que tener aspectos de estudio, del servicio, del amor, él le da un importancia al carácter contemplativo, desde mí punto de vista, pero no se cierra en eso, sino que, le dan un plus valor a la misma con todo los demás aspectos, es decir, que no reduce a la oración al mero acto contemplativo, sino a una praxis.
Es importante como empieza esta parte el texto, diciendo que todo trabajo teológico empieza en medio de angustias, para llevarlo a un lenguaje de hoy podríamos decir crisis, cosa con la que estoy de acuerdo porque desde esos lugares, es desde donde surge el pensar teológico y los nuevos paradigmas que nos confrontan con la realidad, la cual nos llama a pensar sobre nuestro quehacer teológico.
La definición de estudio tiene aspectos muy interesantes, porque él lo describe como un encuentro, como una charla amistosa, en ese sentido hay toda una pedagogía que rompe con la verticalidad del saber y le da, una dimensión también retroactiva de charla con lo que estuvieron antes que nosotros, esa charla amistosa, para mí significa debate, planteos, y discusiones en búsqueda del Dios que se nos revela en cada momento de la historia.
Por ultimo Barth dice que en teología todos los día se empieza de nuevo, y creo que eso rompe con un concepción evolucionista, ya que sólo deja como verdad la Biblia y nosotros lo que podemos hacer es acercarnos a esa palabra, palabra no cerrada sino que sigue abierta desde nuestras reflexiones, desde los contextos, y desde cada domingo en donde se confronta a través de la predicación con la misma, por eso su frase de que todos los día en teología se empieza de nuevo, le da un carácter a la teología de ciencia abierta, que no debe sufrir la esclerosis de la rutina, o de los dogmas que la cierran, sino por el contrario le da dinámica a la fe, como ciencia inacabada y alegre, agradecida, creo que eso es lo que desde mí punto le da su carácter de relevante.
Para concluir, creo que las lecturas de Barth, nos acercaron a un teólogo del siglo XX, que trato e responder antes las crisis que se daban en la sociedad de ese momento, nos pude gustar o no su método, lo que no podemos es dejar de escucharlo, para mantener una conversación amistosa con él, va creo que es lo que Bathr ha querido disparar en nosotros, llamarnos a pensar nuestra manera de vivir, de sentir y pensar nuestras praxis teológicas.
Reacción crítica al texto:
BARTH, Karl: Introducción a la teología evangélica, 165 – 209.
En la última parte de la “Introducción a la teología evangélica” Barth se dedica al trabajo teológico. Como en las series anteriores también esta consiste en cuatro clases, de las cuales la última de cierta manera concluye y abarca las tres anteriores. Barth aclara primero que el trabajo teológico siempre se realiza en una angustia grande causada sobre todo por su objeto, pero al mismo tiempo hay que realizarlo porque esa angustia comprende la esperanza y esa es aún mayor y estimula el trabajo teológico.
Después describe las manifestaciones del trabajo teológico como oración, estudio, servicio y por fin amor. Barth enfatiza que es importante una “apertura hacia arriba” y que la teología siempre se la hace frente a alguien que es Dios y en relación con el mismo. Dios habla al hombre y todo su reflexionar puede ser nada más y nada menos que una respuesta dirigida a Dios (no un hablar sobre Dios). Además la teología tiene que contar con que Dios se manifieste y pedirselo.
La segunda forma del trabajo teológico según Barth sería el estudio. Ese es fundamental y Barth enfatiza mucho en que uno sigue siendo estudiante de teología para toda la vida si realmente lo fue una vez. El estudio es una participación activa del estudiante en la busqueda de respuestas a su interés de conocimiento. Por ende la enseñanza teológica puede ser solamente un paso hacia la fuente y la entrada a la comunidad del discurso teológico.
En tercer lugar el trabajo teológico también es servicio. La teología no puede ser su propio fin en sí, sino que tiene que servir. Eso no debe influir en su autoestima, sin embargo, que tiene que ser alta a pesar de o mejor dicho precisamente por ser servicio.
Por último Barth identifica el amor como conditio sine qua non de la teología. Ese amor es tanto el eros teológico-científico como también y por sobre todo la agape orientada en el amor perfecto de Dios.
Barth termina este capítulo y todo su curso de introducción con la doxología del Gloria Patri.
Me parecen muy buenas las reflexiones de Barth en cuanto al trabajo teológico. El énfasis en que la teología se realiza frente a y en relación con Dios y no habla simplemente de él me parece muy importante y su observación que el estudio de la teología es una empresa para toda la vida me parece sumamente correcto. Si la teología fuese simplemente el paso para ser pastor y después se la pudiese olvidar, sería muy cuestionable por que al fin y al cabo se da todavía ese paso. Es realmente importante comprender que el estudio nunca se acaba y que uno no puede dejar de ser teólogo.
También me parece bueno el transcurso de Barth por las diferentes áreas de la teología que expone la importancia de cada una y la conexión de todas.
No consintiría por completo con Barth en cuanto a la pregunta de la práctica de los estudiantes de teología. Estoy de acuerdo que es importante disponer de un tiempo de investigación y reflexión y que la pregunta del para qué no debe ser la predominante en todo el estudio. No obstante también el sistema de no tener la práctica tiene sus peligros y puede llevar a olvidar el carácter de servicio de la teología y crear un mundo aparte con su propio lenguaje que al fin complica la práctica y el servicio a la comunidad.
Resalta que Barth termina su introducción con una doxología, sin embargo con lo planteado en este curso resulta muy coherente. Barth hace lo que reclama, teología frente a y en relación con Dios, el que es objeto y sujeto real de todo pensar teológico.
Hendrik Meier
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